martes, 9 de agosto de 2011

Querer a una persona. ~

Algo que se puede convertir en lo mejor que te ha pasado en la vida o, incluso lo peor.
Porque aparentemente todo es perfecto cuando estás con la persona que quieres pero,
¿y cuando sufres porque no la tienes? Eso ya no es nada agradable...
Pero sin duda alguna, lo que más duele, es que la persona que antes te quería a más no poder,
en el momento en el que tú sientes lo mismo por esa persona,
te diga que ya no siente lo mismo y te recuerde lo mal que lo pasó por tu desprecio.
No es por lógica, sino por experiencia, porque hay mucha gente que sufre este tipo de dolor...
No es fácil aceptar la idea de que la persona que quieres no siente lo mismo y que lo sentía en un pasado y no le hiciste caso.
Y el dolor se profundiza si hablas a diario con esa persona y ves que está perfectamente mientras tú no puedes más con tu vida y,
para colmo te remata con un: "yo no veo que estés tan mal". Y por si fuera poco,
añades la sensación de culpa por no saber aprovechar lo que tenías enfrente en un pasado y tienes que soportar el dolor de ver que se va...
Es entonces cuando te sientes gilipollas, te sientes incapaz de manejar tu vida porque te das cuenta de que has hecho daño a la persona que querías
y que lo ha pasado igual o peor que tú. Te sientes impotente porque sabes que no puedes hacer nada, que nada puede cambiar ya.
Y que por mucho que lo intentes, por mucho que pruebes, todo va a ser en vano, que por mucho que le digas lo guapo que es,
lo mucho que te encanta, que te arrepientes de el daño que le has causado pero no de esos besos que te diste con él, que no podrás olvidar jamás
cuando tus labios deboraron los suyos, a oscuras, por la noche, en la playa.. como si fuera una película de cine, sí así es, de cine.
Solamente faltaba tirarnos a la arena o caminar de la mano por la orilla.
Pero aunque faltaran muestras de cariño, de pasión, yo nunca lo olvidaré, porque realmente lo quiero, y sus imperfecciones son los que consiguen que,
a mis ojos, solamente a mis ojos, sea perfecto..



by: andrea miralles curiel.

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